Poco a poco el tema electoral va cobrando mayor importancia y las oleadas de políticos y politiqueros van inundando paulatinamente todos los escenarios de la vida en sociedad. En este sentido, quiero referirme a la dicotomía entre oficialismo y oposición y más precisamente en el ámbito local. Vayamos por partes, en el caso del Movimiento Al Socialismo (MAS), las cosas parecen claras: cuentan con un aparato político envidiable, contactos, recursos y apoyo de importantes sectores de la población, además de proponer dar continuidad a su "proceso de cambio". Bien, con todo ello como armadura, el presidente Evo Morales se lanza al ruedo y apuesta a conquistar el voto capitalino (el del área rural no tiene por qué pelearlo). A partir de su visita oficial el pasado 6 de agosto, busca el camino para crear un nuevo idilio con la Ciudad Blanca y sus habitantes: anuncios de obras y proyectos, loas a los grupos y entidades que lo apoyan y su impresión de que cada vez es mejor recibido en Sucre, son algunos de sus argumentos para tentar el voto. Pero más allá de los juicios de valor, Evo lo hace, se arriesga (porque lo necesita) y decide candidatear con todo en la ciudad.
CABEZA CON CABEZA
Quiero ser crítico al hablar del principal bloque opositor al planteamiento oficialista, -así lo dicen las encuestas- Plan Progreso Para Bolivia (PPB) por la cantidad de información que se genera desde su interior. Hay que recordar que luego de la consagración del mentado acuerdo entre 6 fuerzas políticas regionales, anunciado con toda pompa, poco a poco se fue notando el agrietamiento de una supuesta estructura sólida. Y es que el combo político que apuesta a la elección de Manfred Reyes Villa como presidente, tropezó con una serie de problemas y hasta anécdotas. Primero, la elección de sus candidatos, luego la conformación de las listas, que debido a su improvisación continúan siendo una verdadera odisea y, finalmente, la separación reciente de uno de sus aliados, PAIS que se cansó de que "no le den bola"...
¿QUÉ COSAS NO?
Volvamos a PPB, a las anécdotas. Recordar que uno de los líderes de la agrupación Chuquisaca Somos Todos (CST), Gonzalo Pallares fue retirado de su cargo como secretario de desarrollo humano de la Prefectura por hacer campaña a favor de Manfred Reyes Villa. Pero más adelante, la misma figura de Manfred logra cohesionar a varias agrupaciones para su respaldo, entre ellas LIDER, a la cabeza de las principales autoridades de la Prefectura (las mismas que en su momento despidieron a Pallares).
Otra, el conflicto de las listas y los entredichos hacen que los actores de este bloque vayan soltando "cosas", me refiero en este caso a las declaraciones del líder del MPC, Fidel Herrera, que recientemente declaró que si bien apoyan a PPB: "ideológicamente, probablemente, no nos ligamos a ellos, y programáticamente, no nos liga nada". Entonces, ¿por qué están ahí?
Con sólo este par de ejemplos me pregunto qué clase de oposición podrá ser esta ante la contundencia del MAS. Es decir que prácticamente obligan a pensar que el oficialismo es la única alternativa que queda (ojo, no la mejor) ante una falta de propuesta del otro bando, lo que es hasta atentatorio al carácter de un sistema democrático representativo.
En fin, nadie niega que la oposición: PPB y otros partidos, puedan conseguir escaños en la Asamblea Legislativa, pero si antes de las elecciones los conflictos internos son la imagen que proyectan, qué se puede esperar de su participación como legisladores. Seguramente se limitarán a levantar la mano para decir NO a todo lo que oficialistas planteen.
De darse este escenario, pues mejor que los bolivianos nos sentemos cómodamente a mirar cómo pasa la vida, porque parece que la cosa tira para largo...
Elecciones: ¿Hay oposición?
16:40
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Articulos de prensa
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