LOS TRANSFORMERS DE SPIELBERG

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Antes no habían muchas series de dibujos animados y las tardes se constituían en el espacio para su difusión a través de contados canales de señal abierta en UHF... o era VHF?... ¿qué significan estas siglas?... ahora con la televisión por cable seguro que nada.

En fin, lo importante es que las caricaturas de esos años marcaron nuestra niñez con personajes como Pantro de los ThunderCats, Snoopy, los Halcones Galácticos, Brave Star, G.I.-JOE, El Capitán Futuro y otros tantos que en más de una oportunidad, reunidos con los amigos, nos provocan nostalgia y sin más nos ponemos a entonar la variedad de canciones que servían de banda sonora a estas caricaturas.

Dentro del grupo de antiguas caricaturas, destacan los Transformes, una serie animada que a lo largo de su historia nos demostró que los automóviles, aviones, trenes, insectos, dinosaurios y las grandes maquinas de construcción, podían ser algo más que creaciones del hombre y la naturaleza. Con dotes robóticos y bajo la constante dicotomía entre buenos y malos nos atraparon frente al televisor durante mucho tiempo.

Los últimos años la industria de Hollywood ha estado empeñada en resucitar antiguos iconos a través de la adaptación. Pienso que este renovado interés en producciones a partir de historias y personajes pasados, puede tener tres causas principales: una, la crisis actual del mundo de las caricaturas; ahora hay tantas que resulta difícil (al margen de los Simpsons, que gusta a niños, jóvenes y adultos) identificar una serie animada que determine y caracterice con claridad a las nuevas generaciones; dos, los fanáticos y seguidores de diferentes héroes empolvados por el paso de los años, se constituyen en un mercado potencial para la industria cinematográfica y tres, un tema asociado al anterior, el problema de los héroes de hoy. Parece que los viejos héroes ya llegaron a cubrir todos los requerimientos y necesidades de la desprotegida humanidad. Ahora es el tiempo de los antihéroes.

Volviendo a los grandiosos Transformers, recuerdo que el año pasado, un amigo me contó que Steven Spielberg estaba a cargo de recrear el fantástico universo de los Transformers adaptado al cine. El solo hecho de imaginar las batallas entre los Autobots y los Decepticons en imágenes de alta definición y animación en 3D, era algo por lo que uno no podía esperar. Seguramente Spielberg sacará algo espectacular - pensé.

Sinopsis

Instalaciones militares estadounidenses en medio oriente son repentinamente atacadas por increíbles robots, ello provoca una serie de investigaciones a cargo del gobierno, mientras tanto, Sam un típico adolescente americano, recibe de regalo de cumpleaños un Chevrolet Camaro del año 76. Sam quiere conquistar a Mikaela, la chica más linda del colegio e intenta utilizar su anacrónico vehiculo para impactarla. En el proceso, Sam descubre que su regalo de cumpleaños es algo más que un simple auto, el viejo Chevrolet resultó ser Bumblebee, uno de los Autobots, que se pone en contacto con sus demás camaradas a quienes los humanos llegan a conocer y hacer amistad con ellos.

Los Autobots están comandados por Optimus Prime y su misión en la tierra es encontrar el "Allspark” (La chispa vital) antes que sus enemigos los Decepticons. Es así que la disputa entre Autobots y Decepticons desencadena una serie de conflictos en los que intervienen importantes funcionarios de gobierno, equipos de investigadores de alto nivel, militares, fuerzas especiales y entre todos ellos: Mikaela y Sam.

Cosas que criticar.

La caracterización del personaje de Sam llega a ser pueril; si bien es un adolescente y como tal tiene una fuerte carga de superficialidad, a lo largo del film se le otorga mucho protagonismo. Él, su familia y las cosas que hace por conquistar a Mikaela acaparan gran parte de las escenas, lo que hace pensar que los guionistas llenaron espacios de la trama con situaciones superfluas que caen dentro de los típicos clichés de las películas yanquis.

Por otro lado, está la imagen del poder bélico militar de los estados Unidos, que se refleja constantemente a lo largo de la historia: su armamento, organización política militar, vanguardia tecnológica, control supremo del estado y su mega aparato burocrático, etc., etc. todo ello no hace mas que saturar la película con demostraciones innecesarias del poder del imperio.

En cuanto a los Transformers en si, hay algunas contradicciones con respecto a la antigua historia de los 80, puede tratarse de adaptaciones a nuestro tiempo, como el hecho de que Frenzy, el espía de los Decepticons, en la película ya no se trasforme en una radio con casetera, sino en una versátil radio portátil ovoide con lector de discos compactos, sin embargo, hay cambios innecesarios como es el caso de Bumblebee, que era reconocido por transformarse en una peta modelo 70, y ahora se trata de un coche deportivo de la misma época, lo que cae nuevamente en la imagen exagerada del americanismo.

Algo que tampoco convence es que ahora los robots eligen el vehiculo que desean reconfigurar como robots, es decir que Optimus Prime es un trailer simplemente porque un trailer estaba pasando por ahí, le gusto al personaje, así que lo eligió como modelo.

Megatron por otra parte, perdió muchas de sus características físicas, en cambio Prime se mantiene con las formas de antes.

Destaca.

El hecho de que Spielberg haya producido la película hace mucho, pienso que su participación salvó al film de no pasar desapercibido entre el publico. Son los efectos especiales donde radica el potencial de Transformers. Las batallas y escenas acompañadas de buenos efectos de sonido hacen que la atención no se pierda debido a otras falencias.

Conclusión.

Transformers intenta reposicionar en la actualidad una serie de dibujos animados y juguetes que influyeron a generaciones de niños y jóvenes hace más de 20 años, si bien se adapta a las tendencias y nuevas tecnologías, no logra impactar como la sencilla serie animada en 2D de los años 80, cuando la voz de Optimus Prime ordenaba: Autobots transfórmense y avancen...

En todo caso la puerta está abierta, el film deja bastante claro que se pretende iniciar una nueva saga como se acostumbra en las producciones millonarias de Hollywood.

Esperemos que los siguientes episodios consigan llenar el vacío que trajo el primer intento, porque sino, tal vez lo mejor hubiera sido dejar que estos robots sigan luchando en nuestra memoria.

ESE LUGAR

13:53 1 Comments


Ya te habían hablado de ese boliche, te contaron muchas cosas de él, que es el más popular de todos, el único que supera a Mc. Donald’s en sucursales. Que ésta taberna se halla en todos los países del mundo, absolutamente en todos. Abierto al público en general, que no se reserva el derecho de admisión.

Un ambiente donde puedes beber cualquier cantidad de tragos a precios muy bajos. Un espacio en el cual se mezclan noctámbulos de diversos tipos y tendencias; hombres y mujeres, policías y maleantes, incultos y eruditos, lesbianas y homosexuales, amigos y enemigos; todos se dan cita en este bar a cielo abierto.

Beberás toda la noche cómodamente, al lado de tus camaradas bohemios. Y al final no importará cuan elevado sea tu índice de alcoholemia, no habrá mastodonte bien uniformado que se dirija a ti de buena o mala manera para insinuarte que ya estás demasiado borracho, que debes desalojar el recinto, no.

El bar es tan grande que si gustas, o si es que en realidad las piernas y el conjunto de tus músculos, están demasiado atrofiados debido a los hechizos causados por el Dios Baco, pues sencillamente puedes apoltronarte en uno de los muchos asientos cómodos para que, anestesiado y cubierto por el pesado sueño, puedas recibir los primeros e inoportunos rayos del enemigo de la noche y por ende del bar.

Despertarás amodorrado y confundido. Los constantes latidos de tu cabeza te harán pedir perdón por tu euforia alcohólica. Primero verás aclarase la figura de tus pies, y seguramente no recordarás en qué momento te quitaste los zapatos. No lo sabes, sin embargo, ahora, con la imagen clara, ves tus pies descalzos, un poco morados debido al frió del pavimento.

Tus sentidos, empiezan a reaccionar de su letargo, te transmiten la crucial información de que si no haces algo rápido sufrirás un letal ataque de hipotermia, debido a que, al igual que los zapatos, tu pantalón y chamarra también desaparecieron misteriosamente.

El sol, que podría ser tu aliado contra el frío, parece haberse puesto en tu contra e ilumina con tanto brillo que no puedes mantener los ojos abiertos por mucho tiempo.

Entonces, te das cuenta de que tus colegas nocturnos, quién sabe por qué cósmicas razones se trasformaron, y la juventud que lucían por la noche les duró sólo eso, la noche. Y es que con la mañana parecería que se cargaron unas décadas encima. Porque las brillantes ropas que usaron por la noche, con la mañana se convirtieron en delantales y sus cigarros, en impetuosas escobas que barren sin parar. Estas personas, ahora absolutamente desconocidas para ti, no dejan de mostrar su arrebato por tu desnudez y balbucean algo entre dientes, consideran que tu cuerpo arrinconado en un ex sillón, (ex, ya que al igual que todo, se trasformó en un sucio y frío umbral de portón viejo) no les permite terminar su labor.

Es así que te preguntas dónde están tus amigos y piensas que al igual que todos los demás, ellos también sufrieron algún tipo de morfosis, y ahora pasan por tu lado, a paso rápido, bien peinados y cambiados dirigiéndose a trabajar.

Decides que ya es suficiente, que ya no eres bienvenido a esas horas en la cantina. Haces un esfuerzo sobre humano y tambaleándote logras ponerte en pie. Ya vas entiendo lo que pasó y te das cuenta de que lo mejor es que tomes un taxi lo antes posible, lo malo es que ninguno se detiene. Claro, quién querría llevar a un borracho en calzoncillos y polera, con qué pagaría la carrera, si las gárgolas nocturnas se apoderaron de todo lo valioso que poseía. Al final, un chofer, el más confiado, o tal vez el más humano para e incluso te ayuda a subir al vehiculo.

Con mucha dificultad pudiste dar las referencias de tu casa y después de muchas vueltas, por fin distingues la puerta. Tu hermana paga la deuda y después de agradecerle mucho al taxista, te guía hasta tu cama vociferando mil disparates.

Cuando despiertes, y estés conciente de todo lo que pasó, seguramente te pondrás a escribir lo acontecido como una forma de recordar y tal vez empieces así: Existe un boliche, el más popular de todos... la calle.